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Indiscutiblemente, la zona que más se ensucia de los zapatos es la suela. Se trata del componente que está en contacto directo con el suelo, por lo que es común que arrase con toda la suciedad del día a día. Si hablamos, además, de suelas blancas, nos topamos con las más delicadas de todas. 

No tienes por qué renunciar a tus zapatos preferidos por haber adquirido un tono de suciedad no deseado, pues, blanquear la suela de los zapatos es más sencillo de lo que puedas imaginar. Existen muchas formas de mantener la tonalidad blanca de la suela. Entre muchas de ellas, destacan los remedios caseros más efectivos: 

1. Agua y jabón de platos

Se trata de la vieja confiable, pero nunca falla. Es sencillo pero efectivo: basta con diluir jabón para lavar platos con agua y sumergir la suela de los zapatos en la mezcla. La mejor opción es dejar que se mantengan a remojo durante una hora para frotar, posteriormente, la suela hasta eliminar la suciedad deseada.

 

 

2. Pasta de dientes

¡Increíble, pero cierto! La pasta de dientes es una de las mejores soluciones para blanquear la suela de los zapatos. Simplemente se basa en ampliar la pasta en las zonas afectadas y frotar con un cepillo de dientes remojado en agua junto a un paño húmedo. Es conveniente repetir el proceso hasta que las manchas desaparezcan por completo. Es más, el truco de la pasta de dientes sirve tanto para las suelas de gomas blancas como para zapatos de cuero. 

 

3. Sal gruesa y leche

Si tu objetivo es mantener la suela blanca de los zapatos lo más limpia posible, este también es un buen remedio para evitar tonos amarillentos indeseados. Basta con verter un litro de leche y medio litro de agua en un barreño. El siguiente paso es añadir media taza de sal gorda y un poco de jabón.

Una vez removidos los ingredientes, el resultado será una mezcla homogénea. Con ello, se deben sumergir la suela de los zapatos y mantenerlas en remojo durante unas 3 horas. Tras este tiempo, el último paso es frotarlas con un cepillo y enjuagarlas con agua y jabón. Una vez secas, habrás conseguido que tus suelas blancas vuelvan a brillar. 

 

4. Vinagre blanco y bicarbonato de sodio

Tanto el vinagre blanco como el bicarbonato son blanqueadores naturales y productos indispensables para la limpieza de las superficies en profundidad. De hecho, son los productos más usados en la limpieza del hogar, por lo que las suelas blancas no se pueden resister a este remedio natural. 

Para conseguir la mezcla perfecta, se debe combinar el bicarbonato con el vinagre en un recipiente. Tras esperar a que la espuma haya disminuido, se debe mojar el cepillo con la mezcla y frotar la suela de los zapatos. Antes de retirar el producto y enjuagar con agua, es conveniente esperar 30 minutos aproximadamente para que el proceso haga su efecto. Además, la combinación conseguida es antibacteriana, por lo que ayudará a combatir hongos y bacterias que puedan causar el mal olor que se produce en los pies. 

5. Amoniaco

El amoniaco también es una de las mejores fuentes para el blanqueamiento de las suelas.  Gracias a él, tus zapatos podrán lucir como el primer día. Además, tal y como ocurre con el vinagre blanco y el bicarbonato, el amoniaco también es uno de los remedios más comunes  y efectivos para la limpieza del hogar.  Lo ideal es combinar el amoniaco con un poco de lavavajillas y agua para un resultado perfecto. Lo necesario para esta mezcla es contar con dos litros de agua, un cepillo, una cucharadita de amoniaco y otra de lavavajillas.

El proceso es sencillo. En primer lugar se debe eliminar el polvo y la suciedad de la suela con el cepillo para evitar cualquier impedimento en la superficie. El siguiente paso es mezclar en un recipiente dos litros de agua tibia, el amoniaco y el lavavajillas. Tras ello, se debe sumergir las suelas en la mezcla durante una hora y, finalmente, enjuagarlas y secarlas al sol.

 

Recomendamos aplicar cualquiera de estos remedios de forma regular para conseguir un buen mantenimiento de los zapatos. Además, como fabricantes y expertos en la materia para la limpieza también recomendamos jabón, agua y un paño húmedo o, en cualquier caso, productos incoloros y no abrasivos. En definitiva, dejar atrás los productos químicos y agresivos y utilizar cualquiera de estos remedios caseros es, sin duda alguna, la mejor opción para conseguir unas suelas relucientes.